Una rotura de cañerías en la fase final de la producción de celulosa generó un nuevo derrame con productos químicos que obligó a una paralización de la planta de UPM en Paso de los Toros.
Víctor L. Bacchetta, en Sudestada 13/11/2023.
El último sábado, la multinacional finlandesa UPM publicó en su sitio oficial un comunicado titulado “Actualización de tareas de mantenimiento en UPM Paso de los Toros“, que decía lo siguiente:
«(UPM, Paso de los Toros, 11 de noviembre de 2023 12:00 GMT-3) – UPM informa que a raíz de tareas de mantenimiento que se estarán realizando tanto en el área de línea de fibra como en el área de recuperación de la planta UPM Paso de los Toros, podrían generarse episodios de olor de forma eventual en las cercanías de la planta que en ningún caso afectan la salud de las personas.
El desarrollo de estas tareas comenzará en las próximas horas y se extenderá por aproximadamente una semana.»
Este lunes, sin embargo, se comentó informalmente en los poblados cercanos la noticia de que se había producido un nuevo derrame imprevisto de fluidos en esa planta industrial. Enterado del rumor, el veterinario Esteban Calone, vecino de Rincón del Bonete e integrante por la sociedad civil en la Comisión de Seguimiento de UPM II, se comunicó con el Ministerio de Ambiente para obtener una información oficial al respecto, pero no obtuvo ninguna respuesta.
Poco después, comenzaron a circular en las redes sociales y llegaron a algunos noticieros de la capital, fotografías y un corto video de fuentes locales que ilustraban lo ocurrido en la planta. Ahí fue entonces cuando Matías Martínez Andrade, uno de los responsables de comunicación de UPM, agregó en X (ex Twiter) algunos elementos para conocer el suceso:
“A modo aclaratorio, no fue un derrame sino una rotura de una cañería que contenía celulosa. No hubo impactos ambientales ni lesionados. Se trabaja en laq limpieza de la zona para reiniciar la producción. La celulosa quedó contenida en el área tal cual lo previsto para estos casos”.
Y agregó:
“#UPM informó a la comunidad y medios locales sobre los trabajos el mismo día del evento”. (sic)
UPM informó de estar realizando “tareas de mantenimiento”, pero en ningún momento mencionó el accidente ocurrido e, incluso después de conocidas las imágenes del caso, siguió negando que se tratara de un derrame. Evidentemente, UPM tiene un problema de comunicación porque, al pretender seguir negando un hecho cuando éste ya es público, solo consigue que se desconfíe cada vez más de la veracidad de sus comunicados y de su seriedad como empresa.
Al no contar con una información fidedigna, no podemos saber en qué etapa del proceso industrial se produjo la rotura que generó el derrame ilustrado por las imágenes. Según el Documento de Proyecto presentado por UPM a la Dirección Nacional de Medio Ambiente, la etapa de producción denominada “Blanqueo”, utiliza un conjunto de productos químicos y ejecuta una sucesión de lavados para remover de la celulosa la lignina residual y otras impurezas coloreadas.
La planta utiliza una secuencia libre de cloro elemental (ECF, por sus siglas en inglés) cuyos “insumos químicos principales son dióxido de cloro, hidróxido de sodio (soda cáustica), oxígeno, peróxido de hidrógeno y ácido sulfúrico”(1). Hasta este momento, no sabemos en qué etapa del blanqueo se produjo la rotura y, tampoco, cuál era la composición del producto derramado en ese momento. Por lo tanto, esa cañería contenía algo más que solamente celulosa.
Desde el inicio de la producción, el 14 de abril pasado, además de los dos derrames conocidos, la “nueva planta de clase mundial” de UPM ha tenido más de 10 paradas de la operación para resolver problemas de funcionamiento que la empresa califica como “tareas de mantenimiento”. Los comunicados suelen advertir que “podrían generarse episodios de olor de forma eventual en las cercanías de la planta que en ningún caso afectan la salud de las personas”.
Sin embargo, los olores y el ruido de la planta de UPM sobrepasan Pueblo Centenario y Paso de los Toros llegando hasta Rincón del Bonete, a unos 17 kilómetros de la planta. De acuerdo con versiones de los pobladores de este lugar, los episodios de olor llegan a ser tales en ciertos momentos que generan nauseas en las personas y el ruido de la planta en operación es permanente y está afectando inclusive las horas de descanso en la noche.
A esta altura de los acontecimientos, el silencio del Ministerio de Ambiente, que debía conocer los hechos e informar al público de sus implicaciones, es escandaloso. Como en el anterior derrame que aniquiló la vida en el arroyo Sauce, es evidente que el régimen de control previsto para este proyecto es completamente insuficiente. En una planta de esta dimensiones no hay accidentes pequeños y, si esto no se resuelve, solo podemos esperar nuevos y mayores.
(1) Documento de Proyecto, Planta de Celulosa UPM, Estudio Ingeniería Ambiental, pág. 79.
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